La tradición floricultora y productiva de la subregión del Oriente permite avizorar la ruta como producto turístico local con el fin de conocer, valorar e interactuar en el proceso productivo agroindustrial de la flor y sus múltiples usos, despertar los sentidos al admirar y disfrutar sus colores, olores y sabores asociados a las flores, apreciar y vivir un paisajes rural y urbano ornamentado con distintos tipos de flores.