La escena punk en Rionegro comenzó en el primer lustro de los años 80 y se consolidó con fuerza a partir de 1987 con el surgimiento de la primera agrupación musical llamada P.C.D. (país concentrado en decadencia), motivada y en una clara mimesis del movimiento punk de Medellín. Grupos como Pestes, PN y Pichurrias con su sonido mal producido y crudo, con líricas que tocaban la realidad social del momento, resonaron en los jóvenes de la hidalga. Este movimiento se ha caracterizado por ir en contra de todo lo establecido, comprometido con la lucha antisistema en una postura de resistencia y libertad.
El punk trasciende más allá de la música; convirtiéndose en un estilo de vida para muchos. El hazlo tú mismo se volvió un lema entre los punks rionegreros, quienes comenzaron a organizar conciertos en espacios impensados, utilizando lugares como bodegas y centros comunitarios, por mencionar algunos:
Estos eventos no solo ofrecían un espacio para bandas locales, sino que también creaban un sentido de unidad y fortalecían la escena entre los jóvenes.
El metal comenzó en Rionegro a finales de los años 70. Cuando algunos jóvenes entusiastas de la música incursionaron en la escucha activa de este gran género musical de grupos internacionales como Black Sabbath, Deep purple, Budgie, posteriormente Iron Maiden, Metallica, Slayer atrajeron a una audiencia que buscaba algo más pesado y elaborado. Los conciertos de metal surgieron primero como respuesta para una audiencia en crecimiento; inolvidable aquel concierto que se realizó en la antigua plaza de toros, todo un suceso que marcó la memoria de los rionegreros de la época (1987), luego organizados en espacios como el Coliseo de
Rionegro, centro de convenciones se convirtieron en eventos masivos que reunieron cientos de muchachos no solo de Rionegro si no de Medellín y la región.
La estética de la escena metalera, caracterizada por su vestimenta oscura, el uso del cabello largo y simbología alusiva a las bandas referentes, permitió a los jóvenes expresarse con libertad y desafiar las normas sociales.
En la medida que las escenas fueron creciendo, comenzaron a converger, la realización de conciertos, donde ambos géneros se presentaban, se hizo común en Rionegro. Esta unión enriqueció la escena musical y también ayudó a generar un espacio de diálogo entre los miembros de ambos movimientos, promoviendo una cultura de aceptación y tolerancia, bajo principios de unidad, solidaridad y equidad.
Ambas escenas han contribuido en el desarrollo de una identidad cultural de las juventudes en Rionegro. Sobre todo, aquellas que crecieron en las décadas de los años 80 y 90 donde los jóvenes encontraron una forma de canalizar su descontento y su búsqueda de libertad por medio de la música, inspirados en letras provocadoras y ritmos intensos que resonaban a la par de la realidad social del momento, en un país marcado por la violencia y la desigualdad.
El legado del punk y el metal en Rionegro se encuentra reflejado en la música, en el arte, la moda y la estética. La influencia de estos movimientos ha sido impulso para la creación de festivales de música como: Rock al rio, Festival internacional de punk 1 de mayo, Rock al perro, Metal forces, entre otros, que son atractivos para bandas de otras latitudes y han dado lugar a una rica producción de arte y diseño, inspirados en la estética del punk y del metal.
Este fenómeno cultural ha promovido iniciativas sociales en el municipio, como conciertos en favor de causas nobles y benéficas, también han surgido colectivos de defensa de los animales y el medio ambiente.
La escena se transformó en un instrumento para el cambio, ofreciendo a los jóvenes un espacio para manifestar su inconformidad y luchar por un mejor futuro partiendo premisa “Conocimiento es poder” sir Francis Bacon.
El punk y el metal en Rionegro, es una historia de resistencia, comunidad y transformación. Estos géneros han moldeado no solo la música, sino también la cultura local, ofreciendo a las nuevas generaciones un espacio donde pueden expresar su identidad y sus inquietudes. En un mundo en constante cambio, el legado de estas escenas sigue vivo, recordándonos la importancia de la música como vehículo de expresión y transformación social.
La escena punk en Rionegro comenzó en el primer lustro de los años 80 y se consolidó con fuerza a partir de 1987 con el surgimiento de la primera agrupación musical llamada PCD (país concentrado en decadencia), motivada y en una clara mimesis del movimiento punk de Medellín. Grupos como Pestes, PN y Pichurrias con su sonido mal producido y crudo, con líricas que tocaban la realidad social del momento, resonaron en los jóvenes de la hidalga. Este movimiento se ha caracterizado por ir en contra de todo lo establecido, comprometido con la lucha antisistema en una postura de resistencia y libertad.
Ricardo Rendón, nacido en Rionegro, Antioquia, en 1894, surgió como una figura destacada en la escena artística y cultural de Colombia en el siglo XX. Su legado artístico, aunque truncado por una trágica partida, dejó una marca imborrable en la historia de las artes visuales en el país.
Ildefonso Marín Tejada, conocido cariñosamente como el pionero de la era del cemento en Rionegro, marcó un hito histórico con la construcción del Edificio Marín en 1923. Este icónico edificio representó la primera incursión del municipio en el uso del cemento como material de construcción, introduciendo una era de innovación arquitectónica que dejó una huella perdurable.
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